AQUEL QUE HA SANADO.

Aquel que ha sanado de verdad, lo ha hecho porque ya es consciente de lo determinante que es la emoción en su salud y sabe que aunque haya sanado ha de seguir cada día cuidándose y situándose a sí mismo como primero en su lista de prioridades.

Aquel que ha sanado sabe que ha de mirar hacia dentro, ser fiel a sí mismo, aceptarse y quererse.

Aquel que ha sanado sabe que dentro de sí están las claves para la autocuración y que ello pasa por las palabras equilibrio y autoescucha, pues es el autoconocimiento el que nos muestra el camino para entender la enfermedad y mantener la salud.

Aquel que ha sanado sabe que no sirve juzgar, sólo comprender, aprender y aceptar que todo tiene un propósito; que se ha de perdonar por todos los errores que ha podido cometer, pues era lo único que podía hacer en sus circunstancias y así llegar al punto en el que está

Aquel que ha sanado sabe también que ha de perdonar y ponerse verdaderamente en la piel del otro, para entender que si esa hubiera sido su  piel,  hubiese hecho lo mismo

Aquel que ha sanado sabe que ha de compartir aquello que ha vivido y aprendido con otros, pues de ese modo devuelve el apoyo que antes recibió y la sabiduría que se le ha brindado

Aquel que ha sanado sabe que ha venido a esta bella tierra a disfrutarla y que ha de reír, cantar y bailar y soltar la venda del autoengaño para siempre, ser sincero consigo mismo y escuchar a su corazón, decirle adiós al miedo y dar la bienvenida a la nueva vida.

Aquel que ha sanado es consciente de que ha seguido un proceso de transformación de tal calibre que aquellos que todavía no estén en ese punto , es posible que no entiendan, pero no importa, pues su vida es suya y sólo suya.

Aquel que ha sanado sabe que ha de confiar en el futuro y que en la mente está el poder, que podemos crear la luz o la oscuridad y que en nuestra mano está la elección.

Aquel que ha sanado ha aceptado su don, ya sabe en que consiste su contribución y dará lo que tiene que dar.

Aquel que verdaderamente ha sanado sabe que las decisiones que ha tomado par sanar han hecho que nunca más vuelva a ser el mismo y sabe que no va a mirar atrás, pues sólo mirando hacia delante se encontrará, sabiendo que han sido lecciones de vida y que los círculos inacabados se cierran por sí mismos.

Aquel que ha sanado, finalmente acepta que la enfermedad ha sido el mayor regalo y habrá aprendido de ella y por tanto será con seguridad mucho más sabio.

María José López Cagiao

María José López Cagiao.

Psicóloga Sistémica y Formadora. chechecagiao@gmail.com